lunes, 14 de diciembre de 2009

DESTRUCCIÓN MÁS I.V.A.

Roland Emmerich me parece un director bastante bueno pero por contra un guionista bastante incompetente. Todas sus películas parecen cortadas por el mismo patrón: hecatombe de la que sólo se salva el protagonista y además por los pelos. Lo hizo en "El día de mañana" -lamentable película-, lo hizo en "10.000 a. de C.", lo hizo en "Independence day" y lo hizo en "Godzilla".
De todas ellas, ninguna se salva de la quema, es cine de efectos especiales con una historia detrás que debe ocupar 10 páginas de guión...el resto: destrucción y más destrucción.
Con "2012", Emmerich se supera. Hay que reconocerle el mérito de lo espectacular, tanto que parece que estamos asistiendo a una atracción de un parque temático más que a una proyección.
Por lo demás nada de nada, cero historia, cero interpretación, cero emoción.
"2012" es un pastiche de mala calidad que mezcla "La aventura del Poseidón", "Terremoto", "Volcán", "Tornado" y alguna más del género de catástrofes.
Pero a veces impresiona. Si eres capaz de obviar el que no hay historia y te dejas llevar por los efectos especiales..."acojona" de verdad.
Impresionante la fuga en avioneta e impresionante la destrucción de la Casa Blanca. Claro que una película es algo más y ahí Emmerich se cae con todo el equipo. Y por supuesto su historia no tiene ninguna base científica; las explicaciones dan risa y los cálculos que hacen los supuestos expertos que ven como la Tierra se cae a pedazos son patéticos.
Por ejemplo: hay un momento que dicen que un Tsunami de 1.500 metros de altura viene hacia el Himalaya. Por supuesto lo anega, ¿sabe Emmerich que los picos del Himalaya son en su mayoría de más de 3.000 metros de altura? No, o al menos no le importa con tal que la hecatombe sea espectacular. Claro que si se ahorrase detalles "técnicos" no metería la pata de esa forma.
"2012" es una película muy mala pero muy espectacular. Estará impresionante cuando la conviertan en atracción de parque temático. Hasta entonces, si la alquiláis, adelantad los trozos en los que no hay catástrofe y disfrutad de los efectos especiales. Es lo único que merece la pena.

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