No es fácil ver juntos a nombres tan importantes como Martin Landau, Tim Robbins y Bill Murray. Y simplemente que el reparto incluya a estos tres soberbios actores da una idea de que "City of Ember" - "En busca de la luz"- no es una película más de temática adolescente.
Este magnífico largometraje de fantasía está a años luz de mamarrachadas como "Crepúsculo" y mucho más cerca del buen cine de aventuras, -"Los Goonies", "Jumanji", "Arthur y los minimoys"...-, cine que despierta la imaginación sin necesidad de artificios visuales y efectismos técnicos. Y no es que no los tenga, pero se disfrutan y se hacen imprescindibles para la narrativa. Como pegas podemos decir que la película es demasiado plana, no hay puntos mucho más emocionantes que otros, y la historia no se convierte en la habitual y típica montaña rusa de emociones que trastorna la calidad de este estilo cinematográfico. Un poco más de adrenalina no le habría venido mal.
A pesar de su "suavidad", el guión es sólido, consecuente y se aleja de la ñoñería, no hay concesiones, la aventura es la aventura y ya habrá tiempo para tonterías adolescentes, tenemos que salvar una ciudad. Por eso, "City of Ember" se deja ver con excepcional placer. Es divertida, entretenida y excelente para una tarde de sábado. Tampoco hará historia, pero al lado de las estupideces que circulan por ahí se convierte en una opción de lo más atractiva para pasar un buen rato en el cine.
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