domingo, 25 de octubre de 2009

¿POR QUÉ LOS YANKIS PIENSAN QUE TODOS SABEMOS INGLÉS?

"Billy Elliot" me pareció una extraordinaria película y "Las horas" también. Sin embargo con "El lector", Stephen Daldry me ha decepcionado. Y no es que la película esté mal. Es que podría estar mucho mejor. Ralph Fiennes no me gusta demasiado; siempre me parece hierático y su falta de expresión me produce frialdad; sus interpretaciones no me llegan, excepto en "Escondidos en Brujas", en la que hace un excelente papel como mafioso medio loco.
"El lector" es una peculiar historia de amor entre una ex nazi y un adolescente que queda marcado de por vida por la experiencia. Kate Winslet interpreta el papel de la mujer miembro de las SS y posteriormente condenada a cadena perpetua.
Lo que se pierde en la historia es que ese personaje interpretado por la Winslet es prácticamente débil mental, esto es, no entiende por qué hizo mal, no sabe leer ni escribir y lleva hasta sus últimas consecuencias las obligaciones de su "trabajo", sea como guardiana de un campo de concentración o tras la guerra trabajando de taquillera en un tranvía.
Winslet fracasa en transmitirnos la peculiaridad de su personaje -dudo si es problema del doblaje porque en esta ocasión he visto la película en castellano-; tan sólo recibimos alguna pista de los problemas mentales de la ex miembro de las SS: sus enfados inexplicables, su obsesión por decir la verdad, su manía por la exagerada limpieza, su extraño apego sexual al adolescente... claves de una deficiencia psíquica que queda diluida en la historia sin mostrarse con suficiente fuerza.
La película tiene momentos de gran expresividad pero naufraga inexplicablemente en otros. Hay puntos incomprensibles en la trama que aflojan el clímax y perjudican al resultado final.
Y como siempre, las "cagadas" del cine americano: la película transcurre en Alemania, y en las escenas en las que el adolescente está en la escuela, sus profesores escriben en alemán en la pizarra...para luego, cuando vemos los libros que éste le lee a la protagonista descubrir que están en inglés; al igual que las cartas que ella le manda desde la cárcel. No habría costado nada mantener el alemán y subtitularlo al inglés. Habría sido lo lógico.
Pues eso: para verla una tarde de lluvia y sin demasiadas expectativas.

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